TONY MARTIN: “Back Where I Belong” (1992)

Me gustaría pensar que os pasó como a nosotros. Oír a Tony Martin cantando “The shining”, en ese forzado renacer de Black Sabbath, “Eternal Idol”, fue todo un descubrimiento y una excelente noticia.

Comprensible el rechazo automático pero no lógico. Martin es por méritos propios el cantante que consiguió que la leyenda siguiera viva más de una década con discos tan memorables como “The Headless Cross”, “Tyr” y “Cross Purposes”. A pesar de la presión asfixiante que supone ser el nuevo cantante de uno de los grupos más influyentes de la historia de la música y zancadillas propias del traicionero mundillo musical, el elegante vocalista británico siguió adelante a pesar y después de Black Sabbath.

Dentro de unos años un Tony Iommi anciano, sin fuerzas para sostener su negra guitarra y su enorme ego, reflexionará, fruto de la edad, cogerá el teléfono y llamará a Martin para darle las gracias y reconocer su legado. Hará lo que la crítica y los fans llevamos tanto tiempo reafirmando. Pero será tarde. Tony Martin habrá muerto y Iommi y Butler deberán cargar en sus últimos días de existencia con el olvido y el maltrato infligido al artista que les mantuvo en pie con humildad, trabajo y su enorme calidad.

Todo esto pasará en menos de lo que imaginamos y mientras, el bueno de Tony sigue al pié del cañón. Como buenos fans que somos, le hemos criticado por participar en proyectos de calidad dudosa, Empire, le hemos apoyado por sacar a flote discos mediocres, Giuntini Project y le hemos adorado por la incomparable trilogía junto a Darío Mollo en The Cage. Y justo en medio de tan concurrida y ajetreada vida musical, Tony Martin tuvo tiempo de componer “Back Where I Belong”.

Siempre recordaré la leyenda contenida en el catálogo de la ya extinta tienda musical madrileña Rock Shop; “un disco para escucharlo y disfrutarlo tranquilamente en casa”. Con eso bastó.